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Episodio 47 - Entre Risas y Pasiones con Marta

  • Writer: Sol Quantin
    Sol Quantin
  • Jun 24
  • 14 min read

Hacé clic en las palabras en negrita y descubrí el significado!


Esto es Slow Spanish with Miss Sol. Yo soy Sol y este es mi podcast. ¿Empezamos?


Bueno, bienvenidos a otro episodio de Slow Spanish with Miss Sol. Yo soy Sol y este es mi podcast. Y hoy tengo una invitada muy especial, que es Marta o Marti, una amiga de Madrid.


Y estamos, de hecho, todavía en Madrid. Sí, sí. Hay otro episodio que hace poco publiqué, que es con una amiga, Joselina, que también vive aquí. Y bueno, ahora le toca a Marta. Bienvenida, Marta. Qué nervios, qué emoción.


¿Nos podés contar un poco de quién sos, de dónde venís? Y bueno, un poco cómo nos conocimos. Vale, pues yo soy Marta Marti, bueno, MartaVillosa también, tengo muchos apodos, soy de Madrid, realmente menos cinco meses más o menos que estuve de Erasmus en Viena.


He vivido siempre en Madrid, mi familia prácticamente toda es de Madrid, al menos nacida en Madrid, nacida y cría de Madrid. Y realmente vivir, vivir menos cinco meses en Viena y bueno, uno en Argentina.


He vivido siempre en Madrid también. Madrileña 100 % casi. Aquí en Madrid tenemos, se llama a la gente que… se nos llama gatos, ¿a los de Madrid?


Pero para ser gato, tú tienes que ser madrileño, tus padres, los dos tienen que ser madrileños y tus abuelos tienen que ser madrileños. O sea, como tres generaciones. Claro, eso es un requerimiento, si no, no eres gato.



Bueno, y en este Erasmus que hiciste, ¿qué estabas estudiando en la universidad? Yo ahí estaba. Es que de hecho mi trayectoria es un tanto curiosa. Tampoco es que tenga mucho. No voy aquí a subir el hype, como dicen ahora.


Yo cuando era en este momento, yo estaba estudiando comunicación audiovisual allí. Realmente no era tanto enfocado a temas audiovisuales de cine como sí es aquí en España, sino que era un poquito más dedicado, orientado a comunicación, un poco empresarial.


Porque resulta que, claro, yo no tenía ni idea de alemán, pero ni idea. Y llegué allí pensando que los cursos eran en inglés. Y los cursos que yo podía dar en inglés eran algunos que estaban orientados un poquito más hacia comunicación.



También descubrí mucho de marketing cuando estaba en Viena.


Pero bueno, en el fondo yo cuando era pequeña quería ser actriz porque claro, yo estuve en unos talleres de teatro, me enamoré del teatro y yo quería meterme en una escuela de aquí, en la RESAD, en Madrid, a estudiar teatro. De hecho, hice la primera prueba y la aprobé, había tres. Hice la primera y la aprobé.


Y en el verano en que yo aprobé esa prueba, mi madre me dijo “por si acaso vamos a tener un plan B. Y entonces me metí en la universidad, empecé a estudiar comunicación en segundo de carrera de comunicación audiovisual. Me di cuenta. A mí siempre me ha apasionado escribir y cuando era muy pequeña también quise ser periodista.


Y en segundo de carrera pues me di cuenta de que sí, muy bien eso de ser actriz, que me encantaba, pero que a mí lo que realmente me gustaba eran más cosas de periodismo. Expresarte, pero tal vez por la palabra más que por la actuación. Sí, quizás sí. Y entonces estuve planteando, me cambié a la doble titulación porque en segundo aún se podía de camino a tercero.



Y me dijo mi hermana “¿sabés que te podés ir de Erasmus el año que viene?” Y yo… ¿a dónde me voy? Agarraste el mapamundi. Sí, ¡justo!



Y sí que es cierto que yo ahora me pongo a hablar inglés y claro, como no lo estoy practicando, yo me noto poca fluidez.



Por mucho que yo me note un poquito oxidada, sí que me dicen “oye, hablás muy bien inglés”. Igual podés comunicarte.


Y eso es lo importante.



¿Querés que lo convierta en un post para tu web también? Puedo adaptar el formato para que quede prolijo y fácil de leer.


Pero lo bonito es, yo cuando empecé en mi colegio, en mi cole, desde pequeñita empezabas a hablar inglés, te enseñaban a hablar bien inglés. Entonces como que lo había perdido en la uni. Pero luego cuando me fui de Erasmus volví a practicarlo muchísimo. Y practicarlo tanto hizo que aunque ahora no lo practique a diario, por mucho que yo me note un poquito oxidada, sí que me dicen “oye hablás muy bien inglés”. Igual podés comunicarte.


Me puedo comunicar bien y no tardo en coger fluidez. Que es lo importante. O sea, lo importante al final de cuentas es comunicarse. Efectivamente. No importa si cometés un error, da igual cómo. Creo que un buen ejemplo es que yo no hablo español de España.


Español aquí… también me pasa que a veces digo cosas incorrectamente, pero igual podés comunicarte. Y entonces en tu profesión, ¿hoy en día trabajás de periodista? Hoy en día, afortunadamente, toco madera, trabajo de periodista.


Ahora mismo estoy en un medio de comunicación online. Hablamos sobre todo de educación, de comunicación. También coordino un proyecto de videopodcast. O sea, como estos. Estoy bastante acostumbrada, es que realmente hago un montón de cosas.


Escribo para el medio, coordino videopodcast, también ayudo… bueno, presento algunos eventos. De hecho, mañana tengo…

—¿Mañana tenés un evento?

—Ayudo un poco, hago de apoyo al equipo que organiza eventos. También hago un poco de comunicación corporativa dentro de la comunicación, que es lo que más me gusta, toco distintos palos.


Es bien abarcativo en cuanto a comunicación. No me aburro en absoluto. Me pasa igual con el marketing. Bueno, y como para terminar todo esto de la profesión, también tenés un podcast, “Martavilloso”. Lo voy a poner en la descripción, así la gente lo puede chequear.


Claro. En realidad ahora lo tengo bastante parado. En diciembre fue cuando hice el último episodio. Tenía ocho episodios. Tuve que hacer un parón de vida, de mente, de todo. Un detox de redes sociales. De hecho, sigo en detox de redes sociales.

—¿No estás más en las redes sociales?

—Tengo la cuenta, tengo todas las fotos, está todo bien. Pero yo ahora mismo en mi móvil no tengo ninguna aplicación ni de Instagram, ni de Twitter, ni de nada.

—Para no tentarte a abrirlo.

—Sí, porque tenía que aprender a desarrollar una relación sana con las redes.


No lo estaba haciendo. Aparte de que me comía una cantidad de tiempo bestial. Sí, mucho tiempo las redes sociales. Entonces, dejé Instagram y durante unos meses dije: “Hasta que yo no me sienta un poquito mejor conmigo misma, mentalmente hablando y tal, no hay podcast.” Pero sé que es algo que quiero retomar porque me encanta.


—Sí, a mí me encanta tu podcast.

—Ay, gracias.

—Si pudieras describir tu podcast en tres palabras, ¿cómo lo describirías? ¿O tal vez podés decir así en una frase, qué puede la gente esperarse con tu podcast?


—A mí me encanta el nombre MartaVilloso.

—¡MartaVilloso! Es que es todo MartaVilloso en mi podcast. Yo creo que pueden encontrar… realmente soy solo yo delante de un micrófono, al menos hasta el momento, pero creo que pueden encontrar un lugar donde analizar o reflexionar sobre absolutamente todo, porque abarco muchos temas.


Me gusta mucho tratar la salud mental, también me encanta hablar de fútbol, hablo de relaciones sociales, cómo se mueve el mundo, de reflexiones mías. Entonces a mí siempre me gusta pensar que es como si estuvieran escuchando un audio de una amiga.


—Claro.

—Que de hecho hay personas que con el primero y con el segundo, al menos, luego les pedí feedback y me dijeron: “Tía, es como si estuviera escuchando un audio tuyo normal por la calle.” Pero claro, escuchás el audio de una amiga que sabe expresarse muy bien.


—Sí, a mí me ayuda mucho, tanto a nivel profesional como comunicadora y también por el hecho de preparar y hacer un podcast, que tampoco es tan simple, tiene su cosilla. Y también a nivel personal. O sea, la comunicación es básica en las relaciones humanas. Entonces el hecho de saber expresarte bien, saber organizar tus ideas y contarlas, pues también es muy buen ejercicio.


—Es muy bueno para la salud mental.

—Buenísimo, buenísimo. Y la salud mental es muy importante, pero también la salud física, ¿no? La salud en general, mental y física. Pero he de decir que en mi opinión, la física también es súper importante. Pero si la cabeza no funciona, no funciona nada: la mental.


—¿Qué hacés en tu rutina semanal para sentirte mejor en cuanto a tu salud mental y a tu salud física?

—En cuanto a mi salud mental intento… porque cada semana es diferente y no siempre se puede abarcar todo.


Primero entender que no siempre se puede abarcar todo. Eso es difícil. Importantísimo. Pero a mí, por ejemplo, me gusta mucho escribir, muchísimo. Entonces yo tengo un diario, no lo utilizo todos los días porque no llego, pero me gusta mucho escribir sobre mis sentimientos, emociones, cosas que me pasan.


También dedico tiempo a estar yo sola, paseando, caminando. El ejercicio físico también me ayuda muchísimo. Hablando del entrenamiento, acabamos de venir de hacer un entrenamiento muy divertido. Un poco intenso, pero bien. Estuvo muy, muy intenso.


—Es que normalmente a mí el cardio me cuesta más que la parte de fuerza.

—Bueno, y en cuanto a deportes, aparte de que te guste hacer ejercicio, no correr, pero hacer ejercicio.

—No, es que te iba a decir, me gusta hacer ejercicio ahora que me he enganchado.


—¿Toda tu vida o cuándo?

—Es que yo hasta 2022… o sea, yo en el colegio al que iba, que estábamos hasta los 18 años, sí que le daban bastante importancia a la actividad física, pero después me metí en la universidad, no hacía nada de ejercicio, me fui de Erasmus, no hacía nada de ejercicio.


Y fue en 2022 porque mi hermana me… Es que no quiero decir el verbo maldito en Argentina. Mi hermana me seleccionó una clase de prueba en un sitio que hacen fitboxing.


Sí, es como un boxeo, pero sí, un estilo de boxeo como con coreografía también. Es una mezcla de… Ay, ¿de qué deporte será? No sé, distintas disciplinas.

—¿Aeróbico, no?

—Sí, aeróbico, coreografía y tal. Con un saco, o sea, contactás con el saco y luego también hacés funcionales.


Yo hasta que en 2022 me metí ahí, era nula para el deporte. Fue meterme ahí, engancharme, engancharme, engancharme.

—¡Qué bueno!

—Y cuando me mudé, una de las cosas que tenía clarísima era que quería seguir haciendo ejercicio porque me enganchaba y me venía muy bien.


Bueno, y aparte de hacer ejercicio, te gusta mucho el fútbol. Se viene el momento.

—¿Te gusta jugar al fútbol o solamente verlo?

—A ver, me chifla jugar al fútbol, me encanta, me pierdo (traducción: le gusta). Me gusta muchísimo el fútbol, ¿vale? Verlo, sobre todo el fútbol en general, me gusta mucho verlo y también me gusta aprender sobre fútbol, no solo pensar que son 11 tíos, 22 tíos dándole pataditas a un balón. No.


Entender el juego, la mecánica, la estrategia. Me encanta, me encanta ver al Madrid, por supuesto, ¿quién si no? Y me encanta jugar al fútbol, pero soy malísima jugando al fútbol.

—Yo también juego muy mal al fútbol, pero me da mucha rabia porque querría hacerlo bien, porque me encanta y me da mucha rabia.


Pero hablás aparte muchísimo del fútbol.

—¿De dónde viene esta pasión por el fútbol? ¿Hay alguien en tu familia que te lo inculcó?

—Prácticamente toda mi familia le gusta bastante el fútbol. De hecho, mi madre, la pobrecilla, no le gusta. En mi casa, más allá de luego mi familia un poco más grande, con tíos y demás, en mi familia somos mi padre, mi madre, mi hermana y yo.


Y mi hermana sabe mucho de fútbol, también es periodista deportiva.

—Eso te iba a preguntar. O sea, ¿te gustaría ser periodista deportiva?

—Me encantaría, pero es que sí… no. Porque también creo… A ver, si trabajás en un medio de un equipo, digamos, como por ejemplo, tanto el Madrid como el Barça, si no me equivoco, tienen tele, pues bueno, vale. Pero si no, si trabajás en unos informativos normales o algo así…

—Claro, o en una agencia de noticias.

—Ahí tenés que tener una objetividad que yo sinceramente no sé si tengo. Creo que no.


Bueno, y mi familia, a todos nos gusta el fútbol, menos a mi madre.

—¿Y cómo sobrevive?

—Pues ha aprendido a aceptarnos. Y la verdad, en casa de mis padres tampoco se ve tanto el fútbol porque mi padre lo pasa muy mal.

—Yo no puedo perderme un partido del Madrid, no puedo.

—Eso te iba a preguntar, ¿cuál es tu equipo?

—Es el Real Madrid, por supuesto.


La temporada pasada se retiró Toni Kroos, una leyenda del Madrid, jugadorazo alemán. Se retiró, se quería retirar en Madrid con la selección alemana. En el último partido de liga. Estaba yo en casa de mi hermana viéndolo con ella.


Le hicieron, pues claro, lo cambiaron en el minuto 87, me parece que fue, para que todo el estadio lo aplaudiera, le hicieron un homenaje, fueron sus hijos pequeñitos, todo. Mi hermana y yo, sin exagerar, en el sofá, mirándolo así, llorando a moco tendido, cogiéndonos la mano.


—Kroos, esto ha sucedido.

—Sí, y yo no lo supero, la verdad.

—No me sorprende porque soy de Argentina. ¿Sabés lo que me pasó en la temporada pasada? Y esto es una de las cosas más bonitas que me han pasado en relación al fútbol, más allá de todos los títulos y cómo los vivas.


No quiero sonar ni mucho menos sexista, pero por desgracia, aunque está cambiando, sí que es cierto que es bastante más masculino que femenino. Entonces, esto era un grupito que ponele que estábamos seis, siete, ocho personas y yo era la única mujer. Vale, pues estábamos en Cibeles, yo estaba dándolo todo, saltando, gritando, que perdí la voz y mis amigos…


No quietos, pero no saltaban. Y pasaron unos chicos por delante, muy bien, y les dijeron ellos: “¿pero por qué no bailan como ella?” Y yo… Y a la mañana siguiente yo me desperté con un audio de un amigo que es argentino diciéndome: “me emocionó mucho ver cómo lo vivías ayer porque lo vivís como si fueras argentina de verdad.”

Y yo… Los argentinos tienen esta pasión por el fútbol que yo lo entiendo totalmente.


En mi familia no se ve el fútbol, a mi padre no le gusta el fútbol nunca, nada. ¡Madre mía! Y creo que por primera vez toqué un balón de fútbol cuando tenía 16 años.

—¿En serio?

—Sí, es un deporte muy divertido para jugar.


Juego bastante mal, pero es divertido. Pero la verdad es que fui yo sola, me abrí un poco al fútbol y de vez en cuando, cuando juega la selección argentina, miro.

Yo soy muy supersticiosa, tipo, si yo estoy viendo un partido del Madrid y estoy así sentada, no me puedo mover. Si van bien, no puedo.


Soy muy supersticiosa. Entonces, sí, eso sí, la temporada pasada estábamos viendo la final de la Champions, unos cuantos colegas, y en la primera parte el Madrid jugó terriblemente mal. Yo me cambié de posición y en la segunda parte estaba muy bien.


—¿No te levantaste más?

—No me levanté en toda la segunda parte. De hecho, marcaron un gol. Bueno, yo llorando. Estuve dos semanas, tres semanas diciendo que iba a llorar. Era así.

—Sí, sí.

—Y entonces marcaron el primer gol, todo el mundo levantándose, dándose abrazos y yo…

—No te querías mover.

—No me quería mover. Imaginate que no se pea.


Me acuerdo una vez durante la universidad, era un partido, creo que era la Copa América, no era el mundial. El mundial es en Argentina, las calles están vacías, no hay nadie y de pronto hay un gol o no hay un gol y se escucha “¡Waaaaaa!” ¡Es impresionante!


Pero no, esto era una Copa América o tal vez como preseleccionado para el mundial. Y eso, me paré para ir al baño, las había invitado a todas mis amigas y les preparé una picada, mucha comida, tapas, y me paré a ir al baño y Messi pone un gol y mis amigas no me dejaron volver por la superstición. Me mandaron al baño. Lo entiendo total y completamente. Sí, sí. Y luego volví y Messi hizo un gol y dije: “¿vieron? ¡yo no tengo nada que ver!”


Bueno, Marta empezó a hablar mal de Messi y bueno… rompió la cámara.

—No hablé mal del todo, pero no sé, o sea, las pruebas están. Una pasión, es algo…


Yo no me imagino mi vida sin ver fútbol.

—¡Qué loco! ¿Y cuando eras chica también? ¿Cuando eras pequeña?

—No tanto. Yo siempre he sido del Madrid. Bueno, tuve una etapa, tengo que reconocerlo. ¡Madre mía, qué vergüenza ver esto! Tuve una etapa que yo apoyé al Atlético de Madrid.


—¡Sí, sobre mi tumba!

—No sé quiénes son.

—Mejor. No hace falta que lo sepas.


Bueno, en fin. Igual me suena el nombre, pero es el segundo equipo de Madrid.

—Esto suena exactamente a ser de River o de Boca.

—Correcto. Sí, la comparación es lo mismo. El Madrid, que yo sepa, es más tipo River y el Boca es más tipo Atleti, ¿vale? Más o menos, creo, creo.


Y tuve una época que apoyaba al Atleti porque jugaba un chaval, que ahora es un señor, que se llamaba Fernando Torres. Y todas las chavalas en aquella época, que éramos adolescentes, enamoradas… como dicen ahora: un crush, o sea, total.


Era guapísimo, era todo.

Mi padre, mi hermana y yo, desde que soy una enana, se habla mucho de fútbol. Cuando nos juntamos con mi familia, tanto paterna como materna —sobre todo la paterna—, hablamos muchísimo de fútbol.

Y ya te digo, siempre me ha acompañado, pero creo que no siempre con la misma intensidad.


He ido al estadio. Hay veces que el Bernabéu es muy bonito. Bueno, y no solo el Bernabéu… en general a mí me encanta vivir el ambiente de un partido de fútbol, aunque vayas a un estadio que no sea el tuyo y sea contra tu rival. Incluso aunque te gane el rival.


Obviamente no es lo mismo animar desde un bar, aunque estés con más gente, o desde tu casa, que cuando estás en un estadio y el ambiente en general…


—Pero… en las canchas en Argentina, el fútbol a veces se torna un poco agresivo. ¿Eso pasa aquí también?

—Pasa, pero yo creo que no pasa tanto. Por lo general hay menos “ultras” y se ha procurado echar a los ultras de los equipos de fútbol.

—Ok. Los ultras serían como los barrabravas o los hooligans, ¿no?


—Claro. En el Madrid son (o eran) los Ultras Sur, por ejemplo. En fin, no me voy a meter ahí, pero sí. Yo creo que por lo general aquí en España ha habido incidentes. Ha habido muchos episodios, por desgracia, de racismo. Increíble que siga pasando esto a día de hoy.


Pero yo creo que a nivel violencia es más heavy en Argentina.

—Bueno, yo creo que más heavy en Argentina que en el resto del mundo.

—Es que en Argentina, en mi opinión, el fútbol es más que pasión. Es un poco una avenida para demostrar un nivel de violencia que tal vez está un poco oculto en la sociedad.


Sí que he tenido épocas de mi vida de tomármelo muy a pecho, muy en serio, muy violenta, pero más verbalmente. Y también tengo mis límites. Y si me enfado mucho —porque alguna vez me he enfadado mucho con alguien— simplemente he procurado alejarme.


—Sí, sí. Terminar la pelea en buenos términos.

—Y bueno, me imagino… creo que ya sé cuál es esta respuesta, pero hice un episodio sobre Messi y pregunté al final: ¿quién es el GOAT, el Greatest Of All Time?


—¿Messi?

—¡No! ¿O Cristiano? En tu opinión…

—En mi opinión, es una pregunta que, diciéndola objetivamente, es hipercomplicado saber quién es el mejor de los dos. Porque hay mucha gente —sobre todo los argentinos— que dicen que Messi tiene un don.


A mí, en mi opinión, es muy bueno. Era muy bueno, porque ahora —lo siento— están medio retirados. Es así. Los dos. Es así. Era muy bueno.


Y Cristiano creo que se ha esforzado mucho. Sobre todo lo que tiene Cristiano es…

O sea, es el bicho más malditamente competitivo del planeta Tierra. Ese hombre, si quiere jugar hasta los 45, va a jugar hasta los 45 porque le sale de ahí.


Entonces, a ver… Yo siempre he sido más de Cristiano. No solo porque haya jugado en el Madrid —que de hecho al final cuando estaba jugando en el Madrid estaba un poquito hasta la nariz—.


Sí, es verdad. Pero yo siempre he sido más de Cristiano porque creo que a Messi siempre, como decimos en España, lo han blanqueado mucho. La prensa lo ha tratado como un niño bonito, el que nunca ha roto un plato.


Que luego, con los años, se ha demostrado que no es así. Que es una persona humana y normal.

—Claro, es que es un tío normal.

—Hay como una idealización de las personas a veces y creo que con Messi hay mucha idealización.

Creo que demasiada, demasiada.


Creo que con los futbolistas y personajes públicos en general —pero con Messi, y para los deportistas especialmente— pasa lo mismo. Como con Maradona.


—De él sí que no voy a hablar porque entonces me echás.

—¡Se rompe el teléfono!

—Sí.

—Y nos vamos.

—Y nos fuimos.


Bueno, creo que ya hablamos de todo lo que podíamos hablar. Y seguro que ahora apagamos el podcast y me matás por decir que Messi no es tan buena persona.

—¡Claro, ahora!


Bueno, muchísimas gracias por haber participado.

—Gracias a todos.

—Gracias a vos.

—Gracias a ti.


Bueno, muchas gracias por escucharnos en esta conversación de todos los temas. ¡Nos vemos la próxima!

Chau, chau.

—¡Chau!


Espero que hayas disfrutado de este episodio. Si te gustó, no te olvides de suscribirte a mi canal y compartir con tus amigos.


¡Hasta la próxima! 🎙️✨


 
 
 

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