top of page
Search

Episodio 23 - Mudanzas, Maternidad y Motivación

  • Writer: Sol Quantin
    Sol Quantin
  • Apr 17
  • 11 min read

Hacé clic en las palabras en negrita y descubrí el significado!


Esto es Slow Spanish with Miss Sol. Yo soy Sol y este es mi podcast. ¿Empezamos?


Bueno, bienvenidos a Slow Spanish. Hoy tenemos una invitada especial que es Dany, mi amiga de la universidad y de toda la vida. Y bueno, vamos a hablar un poco sobre quién es Dany, de dónde viene, cómo nos conocemos y muchas cosas más.


Y obvio, la tenemos a Broomhi también de invitada especial, como siempre. Bueno, Dany, ¿querés empezar a contar un poquito?


—Gracias por tenerme acá en tu podcast. Es un honor. Me parece muy lindo lo que estás haciendo.


—Ay, gracias. Bueno, me alegra mucho ser parte.


—Gracias, me alegra mucho a mí también.


—Espero tus preguntas, así empezamos.


—Sí, sí, sí, sí. Bueno, Dany, vos sos nacida y criada en Colombia 🇨🇴, ¿no? ¿Querés contar un poco de qué parte de Colombia y después…?


En realidad, ella es colombiana pero vivió en todos lados, así que podés contar un poco sobre eso.


—Bueno, yo soy nacida en Bogotá, soy del 92, así que… 33 acabo de cumplir.


Bueno, sí, soy colombiana, me considero colombiana, pero también un poco de todo el mundo. Cuando fui muy pequeña, mis papás… nos fuimos a vivir a Estados Unidos.


—¿A qué parte de EE.UU.?


—Llegamos a Florida. Dos años y medio después nos fuimos a Texas.


—Wow. ¡Cowboys!


Así que fueron un total de cinco años, de los 7 a los 12, que creo que han marcado una gran parte de quién soy y cómo soy. Así que estoy muy contenta de haber tenido esa oportunidad.


—¡Gracias, papás! ¿Y después de vivir en Texas, se volvieron a Bogotá?


—Volvimos… no, volvimos a una ciudad que queda a cuatro horas de Bogotá, que se llama Ibagué. Es una ciudad más amigable para vivir.


—Bueno, mi estadounidense… pasa eso, que un montón de palabras.


—Spanglish.


Bueno, era una ciudad con un clima un poco más agradable, menos personas. Es lo que mi mamá consideraba mejor para el crecimiento.


—Y ahí terminaste el colegio.


—Muy bien.


—¿Y después de terminar el colegio qué hiciste?


—Después de terminar siempre me quise ir a vivir afuera. Había buenas oportunidades de carreras en Colombia, pero no sé… quería irme.


Mi primera opción había sido Canadá, Montreal, a trabajar en una…


—¿Broomhi, vas a empezar a cantar? 😆


—Sí, le gusta, me contó, me dijo: “Miau, miau, miau”.


—¿A Montreal?


—A Montreal. O sea, iba a trabajar en una ONG, como ese año sabático, un poco entre el colegio y la universidad. No pasó…


Y resultó que esta ONG estaba en Argentina, en Mendoza. Era bilingüe, que era lo que yo estaba queriendo trabajar.


—¿Bilingüe entre español e inglés?


—Exacto. Y bueno, ahí fue que terminé en Mendoza. A mis 17 años.


—¡Qué lindo! Bueno, Mendoza es una de las ciudades de Argentina que queda muy muy cerca de las montañas, de los Andes. Y es más, desde Mendoza podés llegar al Aconcagua, que es el pico más alto de los Andes, y es una ciudad hermosa.


Se usa mucho ir por turismo de vinos y de montañas, hacer cabalgatas y cosas así. Y esta ONG… organización no gubernamental.


—Entonces, ¿te uniste pensando “quiero hacer eso primero antes de ir a estudiar a la universidad”?


—Y así terminé en Argentina.


—¿Y eso fue el final? O sea, ¿te quedaste? Después de Mendoza, ¿te quedaste y te fuiste a Buenos Aires o qué hiciste?


—No, en esos ocho meses que fueron de trabajo social, fuimos a Chile. En esa época fue el 2010. Me parece que fue cuando Chile tuvo un terremoto, maremoto, bueno, un movimiento sísmico.


—Sí, exacto. Muy fuerte, que se sintió desde Mendoza. Me acuerdo de sentir la vibración, el movimiento del piso. Y al día siguiente nos enteramos de las noticias y nos fuimos todos. Así que viajamos a Chile y un mes después fuimos a Sudáfrica, que era el destino al que estábamos atinando ir a hacer el trabajo durante la Copa Mundial.


—Claro, sí, sí. La Copa Mundial, que Shakira hacía el baile “Waka Waka”.


—¡Ay, qué divertido! Así que estuviste también en Sudáfrica y también con la ONG. ¿Y había algún tema en particular que estaban haciendo ahí? ¿Ayudaban a niños o qué hacían?


—Sí, el enfoque principal era niños y adolescentes, fundamentalmente. Escuelitas de fútbol, todo alrededor. Donde participé, jugábamos y entrenábamos fútbol. Y eso fuimos a aplicar no solamente nuestra ONG, sino muchísimas organizaciones.


Llegaron casi que a la vez y estuvimos ahí.


—Hermoso. ¿Y a vos te gusta jugar al fútbol?


—Me gusta.


—¿Hay algún otro deporte que te guste hacer?


—¡Sí, voleyball!


—¿Como de playa o normal? —Ambos, pero jugué más de interior, o sea, de equipo de seis. Sí, me considero una persona deportista de equipo, me gusta mucho eso, aunque también practiqué gimnasia.


—Nosotras tenemos eso en común, la gimnasia artística.


—Sí, sí, sí.


Y bueno, entonces después de Sudáfrica… ¿cuándo llegaste a Buenos Aires?


—A Buenos Aires llegué en agosto de ese mismo año. Viajamos por distintas ciudades de Argentina para encontrar la mejor universidad.


Tomé la decisión de quedarme ahí y bueno, y encontrar… Así que “Relaciones Internacionales” fue la carrera que elegí en su momento. Y la encontramos en Buenos Aires, en la Universidad Católica.


—Y después te cambiaste a la universidad a la que nosotras fuimos.


—Y ahí nos conocimos.


—Sí, sí, sí.


—Bueno, menos mal me dieron la oportunidad, la verdad, mis papás, de cambiar a algo que quería.


—¿Hoy en día tu familia sigue viviendo en Colombia o viven en otras partes?


—Sí, bueno, mi mamá vive ahora en España. Muchas cosas han pasado y se mudó allá. Mi hermano sigue en Colombia. Así que voy, no tan seguido…


—Bueno, ahora estamos acá en Viena, que es donde yo vivo. Pero también en un momento viviste por un año vos también. Pero… ¿en dónde estás viviendo ahora? Creo que a la gente también le va a interesar escuchar eso. ¿Y cómo llegaste ahí?


—Bueno, mi primera entrada a Europa —como me lo dijo una amiga antes de venir— fue en Viena, Austria. En esa época tenía 20 años. Siempre me gustó mucho lo transcultural, aprender esas nuevas formas. Entonces me quedé con cierto amor por Europa, pero bueno, tenía que volver a terminar mis estudios.


Y de ahí conocí a quién es mi esposo… ¿quién será?


—Bueno, Dany conoció a su esposo en uno de mis cumpleaños, en una fiesta, porque su esposo es uno de mis amigos de la adolescencia de Argentina: Guille. ¡Hola Guille! 👋


Entonces, para mí es súper lindo eso porque se enamoraron, se casaron y tuvieron un hijito ❤️ Entonces son, bueno, más que amigos: son familia.


Pero bueno, les podés contar también a la audiencia… ahora estás viviendo en Suecia 🇸🇪 y ¿cómo sucedió eso? Y bueno también, ¿en qué condiciones se vinieron a Suecia? Porque se vinieron de una manera muy valiente.


—En ese momento estábamos viviendo en Argentina, en Buenos Aires, que es precioso. Y la verdad es que hubiera sido también un muy buen plan habernos quedado allá, hacer familia.


Pero se dieron las cosas de que yo siempre quise venir acá y me llamaba mucho la atención Escandinavia. No sé, por muchas razones…


Pero después me llegó este libro que se llama Hygge.


—¡Oh sí! Que creo que lo tengo acá. Y él explica un poco lo que significa esa palabra, que define muchas cosas socioculturales de Dinamarca 🇩🇰


—Cuestión es que se quedó ahí… nos casamos y a los tres meses —¡en una boda hermosa, de sueño!— ¡estuvo muy linda! ❤️


Y a los tres meses, estábamos haciendo un viaje en carretera 🚗 en Argentina.


Pero de repente uno de esos procesos siguió… y era de Suecia. Y ese proceso se confirma tres meses después —cuatro meses después de la boda— la misma semana que nos enteramos que estábamos esperando un bebé 🍼


—¡Estaban embarazados de Benji! ¡De Benjamín!


—¡Así que fue un montón! Súper… un montón de información. O sea, en un año se casaron, se quedaron embarazados y decidieron que se mudaban a Suecia.


—¿Y cómo fue ese proceso? ¿En cuántos meses organizaron la mudanza? —¿Y qué tan embarazada estabas cuando te terminaste mudando?


—Y también… no solo se mudaron embarazados 🤰 a un nuevo país, ¡pero también se mudaron con Indie, que es tu perrita 🐶! Una Jack Russell hermosa.


—Bueno, el proceso estaba delimitado por el tiempo que salía el permiso de visado. Ese proceso tardó un par de meses. Mientras tanto, íbamos preparando todo: desde vender las cosas…


Y así se dio todo. Se vendió —o sea, te digo que— todos cerramos, entregamos el apartamento el día que nos estábamos yendo. Todo cerró así. Vendimos todo.


—¿Vendieron todos los muebles?


—Auto 🚙


—¿Auto? Claro, tenían auto también.


—Sí, un montón. Y bueno, a una semana de haber salido el permiso de trabajo, compramos los pasajes y llegamos a Suecia. A Malmö, al sur de Suecia.


—Claro, para ese entonces habían pasado siete meses, o sea que vos estabas de siete meses con una panza importante.


—Estaba ahí como que sí… como que se notaba, pero no.


—Y entonces llegabas a un nuevo país, con nueva cultura, nuevo idioma, y tenías que prepararte para dar a luz, para tener el parto en Suecia. ¿Cómo fue ese proceso? ¿Cómo encontraste los médicos?


—Primera vez embarazada. Pensaba que, como toda mi vida había vivido afuera sola, era muy autosuficiente. Todo lo voy a poder hacer. El embarazo estuvo bastante bien igual, pero bueno, ya una historia empieza a contarse diferente cuando nace Benja.


—Claro.


—Desde llegar ahí fue primero informarnos de cómo es todo el proceso: estar con el Social Insurance, la seguridad social, para que me pudieran atender, para hacer el seguimiento del embarazo, que era lo más importante para mí en ese momento.


—Creo que eso pasa y después se fueron dando las cosas de una forma también muy fácil. En Suecia el tema de la accommodation es un tema, no es fácil llegar. No hay muchos Airbnbs porque hay mucho control sobre el tipo de vivienda.


Y nosotros tuvimos —la verdad— suerte, o no sé… se nos dieron las cosas para encontrar un apartamento en un lugar muy bonito de la ciudad. Y ahí, nada… organizarnos y esperar, empezar con la nueva vida.


—¿Y en Malmö ya estás hace dos años?


—Dos años y medio.


—¿Y te gusta la vida ahí? ¿Hay una comunidad de habla hispana o mantenés el español simplemente hablando, bueno, con Guille y con Benjamín en la casa?


—Bueno, creo que fue una de esas cosas que fueron cambiando. Yo, en mi experiencia de haber vivido en Estados Unidos, por ejemplo, cuando fui más chica, siempre quise ser parte del lugar. Entonces trataba de no buscar necesariamente grupos de contención o de similitudes como nacionalidad porque —qué sé yo— quería hacer mi propia versión lo más sueca posible.


—Pero bueno, ahí llega el contraste del ideal. O sea, hay muchas cosas culturales muy lindas, muy “copadas”. El sueco es muy amable, la sociedad funciona muy bien, hay mucho respeto, hay mucho balance entre trabajo y vida… muchas cosas que me encantan. De base la siento.


Pero es verdad que es una sociedad de clima muy frío, que hace que sean mucho más introvertidos —no porque ellos sean introvertidos de raíz.


—Sí, pero no hay motivo para salir tanto afuera.


—¡Claro! ¡Ni hablar!


—Y el tema, como por ahí lo libro, es que para entrar dentro del círculo con una persona más sueca, necesitás mucho tiempo.


Y bueno, nada… cuando nace Benja, ahí empecé con mi primer grupo de mamás. O sea, mi primer encuentro social fue con un grupo de mamás que habían dado a luz la misma semana. Y de ahí creé una muy buena amiga, que es de Nueva Zelanda.


—¿Y ella habla un poco de español?


—Sí, vivió afuera, vivió en Argentina, vivió en España…


—¡Tal vez va a mirar este episodio!


—Seguramente. Está en pareja con un sueco.


Y nos dimos cuenta —o al menos en mi parecer— que es muy diferente la persona sueca… Y creo que esto aplica a muchos lugares: a mucha gente que salió o que está conectada de alguna forma con tu cultura, pero tiene que haber sido por experiencias de vida propias que hacen que quieran conectarse.


Son muy abiertos, pero como te dije, depende mucho de la raíz, de cómo ha vivido cada persona.


—Entonces, cuando empezás a conocer personas de habla hispana —latinoamericanos— claro, hay muchas cosas que te gustan: la sociabilidad, el hablar fácil, armar una conversación. Y te conectás mucho más rápido en mucho menos tiempo.


—Claro, claro, claro. Entonces no somos parte de un grupo latinoamericano, pero hay un grupo para niños, especial para papás que quieren que sus hijos puedan hablar más español. Hacen encuentros en bibliotecas una vez al mes.


—¡Qué interesante! Sí. Porque claro, la otra pregunta que te quería hacer es: ¿ustedes le hablan a Benjamín en español en la casa?


—Sí, en español.


—Y él está yendo a la escuela ahora, ¿y en la escuela hablan solamente en sueco?


—Solamente en sueco.


—O sea que tu hijo ya definitivamente bilingüe va a ser.


—Seguramente.


—¿En qué momento te gustaría incluir, si es que te gustaría incluir, el inglés por ejemplo? ¿O algún otro idioma?


—Yo creo que desde ahora. El seguimiento pediátrico también nos incentivó y nos dijo que habláramos la lengua materna, que es lo mejor.


Entonces dijimos: “Bueno, hablemos español. No forcemos un inglés.”


Pero de todas maneras yo tengo cierta bilingualidad. Entonces siento que cuando empiece a hablar un poco más, vamos a agarrar más libros en inglés, o sea, que él tenga esa estructura.


La verdad es que no lo pienso mucho… dejar que fluya un poco, que sea más relajado, pero saber y marcar bien las raíces del español. Y ya… el otro será… y que nos enseñe sueco más adelante. —¿Y qué es lo que estás haciendo ahora? Y tal vez: ¿cómo fue el cambio de venir desde Argentina a Suecia y trabajar más remoto?


—Trabajé en hotelería, pero era muy demandante el tema de los horarios.


Por eso me pasé a trabajar en empresas privadas, más como de oficinas, un poco del lado de recursos humanos.


—¿Trabajaste un poco también en startups, no?


—Sí, sí, sí. Y después, bueno, creció esa startup un poco más, así que fue muy demandante. Me encantó trabajar en eventos. Entonces, de todo eso fui agarrando un poco, pero llegué a un punto en donde no daba más. Necesitaba un tiempo para mí.


Eso se dio a un emprendimiento creativo en donde empecé a escribir. O sea, la parte de escritura vino algo como más de lo que me estaba pasando en la cabeza, lo quería bajar y, de pronto, compartir.


De ahí nace todo esto del blog, de lo que es el blog ahora. Pero también se dio algo que nunca conocía de mí, que era el trabajo floral o el trabajo de arreglos de regalos. Como que apliqué eso y la verdad es que fue un año muy lindo de ser emprendedora.


Sigo con la idea, ahora estoy conociendo un nuevo mercado y estoy conociendo nuevas formas de hacer eso porque siento que quiero hacer eso con mi vida: hacer lo que te genera más emoción.


Es un emprendimiento hermoso de regalitos muy delicados y hechos con mucho amor. Y también de decoración y arreglos florales muy, muy lindos. Hace unas vinchas para ponerte en la cabeza muy, muy bonitas. Me encanta.


Y bueno, para terminar, digamos eso. Creo que cuando quedé embarazada y viajé a Europa fueron muchos cambios, incluso para seguir con una idea de emprendimiento.


Así que hago una pausa. Me dedico dos años… o sea, entre embarazo y ese primer año y medio, fueron casi dos años de pausa de carrera para dedicarme a ser mamá.


—¿Pero un poco el blog lo seguiste?


—Lo seguí de a poquito, claro, escribiendo.


—Bueno, y entonces me estabas diciendo que en Malmö conociste un grupo así de expats, de inmigrantes, y eso llevó a tu nuevo trabajo.


—Sí, un poco estaba en ese proceso cuando me llega una propuesta de trabajo canadiense de una empresa con la que ya había trabajado antes en Buenos Aires. Y era para cubrir una licencia de maternidad dentro del área de recursos humanos, que felizmente acepté.


—¿Te gusta mucho?


—Me gusta mucho.


—Entonces trabajás completamente remoto, me imagino.


—Exacto. Es un part-time remoto, lo cual te da muchos beneficios de tiempo. Se puede sentir un poco solitario a veces, pero bueno, es parte de eso. Espero terminar este año con mucho aprendizaje y ver qué hay preparado para mí, qué pasa después.


—Bueno, podemos dejarles a ustedes en la descripción del video abajo el nombre de tu blog y el nombre de tu emprendimiento. Entonces cuando empiece de nuevo, lo pueden seguir. Y creo que hay mucha gente a la que le puede interesar.


—Y bueno, muchísimas gracias, Dany, por haber venido al episodio de hoy y por haber hablado con la gente, contarles tu experiencia, que es tan interesante y tan internacional. Gracias por haber participado en mi podcast. Y ahora nos vamos a disfrutar de Viena, porque me vino a visitar por unos días, así que vamos a ir a pasear.


—Seguro. Bueno, muchas gracias por invitarme y ser parte de este proyecto tan lindo que tenés.


Espero que hayas disfrutado de este episodio. Si te gustó, no te olvides de suscribirte a mi canal y compartir con tus amigos.


¡Hasta la próxima! 🎙️✨


 
 
 

Comments


bottom of page